Paseando como una tarde de julio pero con frío y tronando,esperando a que baje la luna, o algún planeta desconcertante. Concede este momento con susurros incesantes, es fácil acariciarlo con las yemas de las manos, solo hace falta un poco de imaginación y ensueño.
Y la luz se apagó, enseñando a su vez una estrella.
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