Veía luces parpardeantes de vez en cuando,que le indicaban el alto a poder acercarse a algo que veía peligroso pero a la vez débil. Pasaron unos cuantos días pero... todo seguía igual, Anni no dejaba de contemplar todo el tiempo perdido, todo el tiempo malentendido.
Un día sin ton ni son se dió cuenta que no merecía la pena encender para siempre esa bombilla,para despreocuparse de que no parpadese nunca más. A veces Anni pensaba demasiado en su alrededor antes de darse cuenta de que en su interior se encontraba un mundo lleno de malentendidos que eran precisos de aclarar,de establecer un equilibrio antes de enfrentarse a esas luces que no alumbraban en su corazón algo más de lo necesario...
Con tiempo y sinceridad se apagarán las luces cegadoras de sonrisas que le quedaban por lucir.
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